Parece que fue ayer y, hoy, conmemoramos el trigésimo primer aniversario de nuestra Carta Magna. Treinta y un años hace, ya, que la unión de todos los españoles hizo posible que dejáramos atrás un periodo falto de libertad y democracia, valores que anhelábamos la inmensa mayoría que, sobre todo, queríamos, de una vez, mirarnos como hermanos, como compatriotas y, nunca más, como enemigos
¿Y en qué contexto se producían estos cambios en Albacete? Parece que fue ayer cuando, se desplazó la estación de ferrocarril, desapareció “el Alto de la Villa”, se inauguró el barrio Pedro Lamata, se reformó el recinto ferial sustituyendo las puertas de hierro, se construyeron las viviendas del barrio Hermanos Falcó y se proyectó la remodelación del barrio de La Estrella. Albacete era, como cualquier ciudad española de la época, una ciudad donde vivir era una lucha diaria, pero en la que se veía con esperanza la nueva etapa democrática que se avecinaba.
Y parece que fue ayer cuando los españoles nos dimos una Constitución que nos unió y nos igualó, haciendo del respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos el pilar de nuestra convivencia. Nos señaló un nuevo camino, el de la libertad, con un único límite, el acatamiento a nuestra Carta Magna, filtro de todas nuestras actuaciones. Súper-Ley que rige el destino de España, de la mano de la solidaridad ínter territorial como cauce para la igualdad, y de la indisoluble e indivisible unidad de la nación española, para poder seguir hablando de la patria común de todos los españoles. De nuestra patria ESPAÑA.
Y parece que fue ayer cuando constituimos nuestros primeros Ayuntamientos democráticos, que nacieron con gran fuerza, con autonomía, garantizada por nuestra Ley de Leyes, para gobernar y administrar su municipio, disponiendo de los medios económicos suficientes....Aunque hoy, como concejal debo de decir que no soplan buenos vientos para los 8.115 municipios de España, como ya hemos tenido oportunidad de denunciar.
Y parece que fue ayer el día en que los españoles salimos a la calle cuando, en un aciago día de febrero, se puso en grave peligro todo lo logrado en una ejemplar transición. Y es que el rumbo estaba marcado pero había que mantenerlo. ¡Hay que mantenerlo!
Porque, parece que fue ayer, pero... ya han pasado treinta y un años, y para navegar con esos aires de libertad, unidad e igualdad hay que mantener firme el timón.
Y no olvidemos aquellas palabras de Kant en una adenda a “La Paz Perpetua”, que me gusta recordar en momentos delicados:
“Yo puedo concebir un político moral, es decir un político que entiende los principios de la habilidad política de modo que puedan coexistir con la moral. Pero no un moralista político que se forje una moral útil a las conveniencias del hombre de estado “
Queridos albacetenses, queridos castellano-manchegos, tenemos por delante un duro periodo. Trabajemos todos juntos por lo que realmente es vital para el bienestar de las personas: el empleo, la vivienda, la igualdad de oportunidades, la protección de los más débiles, todo ello en un marco de libertad.
Estos son los problemas y los retos que tenemos por delante los españoles. Estas son las cuestiones que hoy, más que nunca, demanda la sociedad. No perdamos un minuto en debates irresponsables.
NUESTRA CONSTITUCIÓN, ESPAÑA, ES DE TODOS Y PARA TODOS.